El tomillo goza de numerosas y beneficiosas propiedades, es una planta muy famosa culinariamente y pertenece a la zona climática de la región mediterránea por lo cual es conocida por todos nosotros. El tomillo pertenece a la familia Labiate con hojas pequeñas que varían en color según la variedad, tiene un aroma intenso que se incrementa con el roce.
Hay numerosas referencias históricas y usos del tomillo, en el antiguo egipto se empleaba como ungüento en embalsamamientos y quemado como purificador del aire durante las epidemias. En Grecia se usaba como antiséptico, analgésico local y para los males de pecho. En la mitología Griega, se afirma que la planta del tomillo brotó de una lágrima derramada por Helena de Troya, de la que los guerreros obtenían fuerza y coraje para la lucha. Posteriormente en el Imperio Romano se aplicaba en los baños por sus propiedades estimulantes además de condimento en vinos, quesos salsas y carnes al igual que en épocas posteriores.
Un dato curioso en que en el año 1725 el boticario germano Newmann obtiene por destilación el aceite esencial de tomillo, lo cual derivó en un uso más generalizado y su uso como potente antiséptico en numerosas fórmulas farmacéuticas y cosméticas.
Actualmente es muy apreciada por las industrias de perfumes y licores y su explotación se encuentra regulada por los organismos de agricultura de las principales comunidades autónomas productoras: Andalucía, Castilla-La Mancha y Región de Murcia.
